Diego Rivera, académico de la Facultad de Ingeniería Agrícola de la Universidad de Concepción e inspirado en la experiencia norteamericana y de otros lados, decidió utilizar el juego The Sims para explicar a los estudiantes de Ingeniería Ambiental e Ingeniería Civil Agrícola el nivel de complejidad que existe en un ecosistema para que este sea sustentable.
The Sims es un juego de simulación social y estrategia que busca construir ciudades que satisfagan las necesidades y sueños de sus habitantes. De este modo, simula complejas interacciones entre educación, salud, delincuencia e infraestructura. Por ejemplo, antes de establecer sistemas de energía solar, es necesario llegar a un nivel de educación y riqueza que permita establecer un “programa de investigación” en la universidad local.
Así, los jóvenes debieron jugar durante todo el segundo semestre a crear una ciudad en la que economía, medio ambiente y sociedad lograran el equilibrio suficiente para hacer de ella una ciudad sustentable.
Los estudiantes realizaron sus presentaciones al cierre del semestre y varios de los grupos comentaron que debieron comenzar su ciudad en más de una oportunidad, para poder encontrar la forma de hacer coincidir todo.
Por ejemplo, una de las dificultades se produjo cuando uno de los grupos hizo que todos los ciudadanos fueran de clase media y clase alta, ya que, para poder construir los edificios y vías públicas, todos estaban sobrecalificados para el trabajo y se rehusaban a realizarlo.
Otra situación que dificultó a uno de los grupos fue que decidieron basar su economía en la producción de energía nuclear, pero al pasar el tiempo hubo un terremoto y la ciudad prácticamente explotó, exigiéndoles comenzar de nuevo.
Otra de las experiencias interesantes fue la que se planteó un grupo de estudiantes de Ingeniería Civil Agrícola, quienes decidieron emular el proceso de crecimiento de la ciudad de Dubai. Ellos tomaron la información histórica de dicha ciudad y crearon un regimen político monárquico, con una economía basada en refinerías petroleras. Decidieron bajar los impuestos haciendo que la ciudad fuera más atractiva para el comercio y reciclaron plástico para venderlo. Finalmente, lograron gran cantidad de dinero que ya no tenían cómo gastar, la situación medioambiental estaba resuelta y existía en la ciudad un equilibrio socioeconómico entre las distintas clases sociales. Sin embargo, se mostraron críticos frente a aspectos de igualdad.
Respecto de los resultados conseguidos por los estudiantes y al proceso de realización de este proyecto, el profesor Rivera comentó que “The Sims, más que un juego, puede considerarse un laboratorio virtual de interacción social. Los alumnos no solo debieron definir y evaluar escenarios de crecimiento, sino que tuvieron la oportunidad de desarrollar habilidades de trabajo en equipo, pensamiento no lineal y manejo de casos fallidos”.