Poniendo de manifiesto el cambio radical que pretendía en relación a lo que hasta entonces se había hecho en materia de interpretación y creación de música de raíz folclórica, en sus comienzos el Neofolclor fue llamado por la prensa “la revolución de la nueva ola folclórica”.
Con una vida corta y contradictoria, el Neofolclor -nacido a principios de la década de 1960- realizó importantes aportes a la música popular chilena de los años sesenta, entre ellos haber popularizado géneros folclóricos remotos, antiguos y extinguidos, como la Refalosa decimonónica, cultivada entonces por Rolando Alarcón y Guillermo Bascuñán.
Con características comunes al Neofolclor, la Nueva Canción Chilena estaba ligada al movimiento estudiantil de la época e intentaba una elaboración modernizadora del repertorio folclórico.
Ambas corrientes musicales llamaron la atención del académico del departamento de Música UdeC Fernando Lillo, quien se propuso rescatar temas pertenecientes tanto al Neofolclor como a la Nueva Canción Chilena y versionarlos de manera instrumental, llevándolos a un CD para fines académicos.
De este modo, el disco Neofolclor y Nueva Canción Chilena. Versiones para guitarra, fue íntegramente grabado y mezclado en los estudios de Radio Universidad de Concepción. Recoge los temas Doña Javiera Carrera y Mi abuela bailó sirilla, de Rolando Alarcón; Luchín, de Víctor Jara; La Carta, de Violeta Parra; Bandido, de Patricio Manns, y Cerrito de Santa Cruz, de Jaime Atria.
Además, el CD incluye un Preludio y un Epílogo, compuestos por el mismo Lillo, el primero de ellos en un modo dorio, una escala usada mucho en esa época, principalmente por Víctor Jara y Violeta Parra. Se trata, explica Lillo, "de una forma más modal que tonal".
Si bien en un principio el proyecto -que fue ejecutado con fondos de la dirección de Investigación y Creación Artística UdeC- estaba pensado para ser ejecutado sólo con guitarra, con el tiempo fue incorporando otros instrumentos como flauta, vibráfono y contrabajo. En él, además de Lillo como guitarra principal, participaron los académicos UdeC Gabriela Godoy (flauta traversa); Rodrigo Alvarez (contrabajo), y Alejandro Gallegos (otra guitarra). También se les sumó el músico de la Orquesta Sinfónica, Gipson Reyes, en vibráfono.
El audio y la mezcla del CD estuvo a cargo del ingeniero de sonido de la Radio UdeC, Felipe Hinojosa, y la fotografía de carátula pertenece al académico de artes Plásticas, Jorge Pasmiño.
Epílogo
Lillo explica que la elección de los autores que incluyó en el CD se debe a que ellos son quienes han tenido mayor influencia y presencia en el tiempo. Lo mismo ocurre con las canciones, señala.
“Estos temas se han transformado, de alguna manera, en música académica, estudiada en las escuelas universitarias”, dice Lillo, al tiempo que agrega que espera elaborar un nuevo proyecto que le permita realizar una publicación con los arreglos realizados, de manera que queden a disposición de alumnos y profesores.
Finalmente, el académico señala que, considerando que entre 1960 y 1973 –período en el cual se desarrollaron ambos movimiento musicales- la importancia del texto era trascendental para este tipo de música, decidió cerrar el disco con un Epílogo, concepto más bien relacionado con la literatura.