Gran interés mundial ha generado en las últimas semanas la publicación de un trabajo científico que combina los resultados de décadas de investigación micropaleontológica, por parte de científicos del Hemisferio Norte, con los de investigaciones biológico-marinas del docente del Departamento de Oceanografía de la UdeC, Dr. Víctor Ariel Gallardo y la bióloga marina Carola Espinoza, lo que permite proponer que organismos que viven en sedimentos marinos frente a nuestras costas no muestran signos de haber evolucionado en más de dos mil millones de años.
Según el Dr. William Schopf -investigador de la Universidad de California, Estados Unidos, y primer autor de la publicación-, la clave para la comprensión de este hallazgo fue el trabajo publicado en el 2007 por los dos científicos UdeC , quienes reportaron en la revista International Microbiology el descubrimiento, en los fondos marinos frente a las costas chilenas, de conjuntos bacterianos compuestos de organismos muy similares a los fósiles estudiados por el grupo de investigación liderado por el Dr. Schopf.
Sobre este importante hallazgo, el Dr. Gallardo explicó que “nuestras publicaciones del 2007 describen por primera vez una comunidad de bacterias gigantes, que hemos denominado en conjunto como “macrobacterias”, que viven debajo de la superficie del fondo marino en un ambiente totalmente desprovisto de oxígeno, un sulfureto, remedando probablemente el ambiente prevaleciente en el fondo del océano del planeta Tierra hace unos dos mil millones de años atrás.”
Referente al impacto de este descubrimiento, el Dr. Gallardo -de acuerdo con el Dr. Schopf- comentó que “a primera vista parecería raro que una aparente falta de evolución sea consistente con la teoría de la evolución de Darwin, pero hay que considerar la alternativa, es decir, una evolución en ausencia de cambios físico-biológicos en el medio ambiente, lo que constituiría un sorprendente descubrimiento pues indicaría que la actual interpretación de la teoría darwiniana de la evolución estaría seriamente equivocada”.
En relación al aporte de sus investigaciones a este descubrimiento de impacto mundial, el investigador UdeC afirmó que “lo singular de nuestro aporte consiste en proponer que el ecosistema –sulfureto- que existe frente a nuestras costas, caracterizado por la carencia de oxígeno y la abundancia del elemento azufre y moléculas derivadas -condiciones prevalecientes en el océano primigenio-, constituye un ambiente que ha permanecido y prevalecido bajo condiciones físicas y biológicas esencialmente invariables a lo largo de miles de millones de años”.
También comentó que a partir de este hallazgo se generarán nuevas investigaciones, que a su juicio, pondrán a prueba esta propuesta y, además, profundizarán  el análisis de la composición y estructura de la comunidad microbiana del sulfureto.
Asimismo anunció que, a partir de este descubrimiento, van a continuar trabajando en éste y otros temas con la Universidad de California y la NASA, asegurando que “seguiremos en contacto con el Dr. William Schopf. Hay en estos momentos otro manuscrito en revisión, realizado en colaboración con él y con un colega australiano relacionado, con nuestras bacterias. Mientras tanto, seguimos observando la comunidad microbiana del sulfureto y analizando datos metagenómicos obtenidos recientemente”.