El proyecto contempla visitas a establecimientos técnicos para entregar una capacitación sobre la enfermedad celíaca, contaminación cruzada e inocuidad de los alimentos.

La docente de la Facultad de Farmacia y creadora de esta iniciativa, Sigrid Mennickent, explicó que la intención es dar a conocer a estudiantes que cursan la especialidad de Gastronomía y que trabajarán en el rubro hotelero y de restaurantes, los cuidados que necesita una persona con dicha condición de salud.

Esto, porque se ha detectado que existe desconocimiento de la enfermedad en estos rubros, explicó la académica. En este caso, junto con las nutricionistas Gislaine Granfeldt, Sara Muñoz y Damaris Zapata, se encuentran visitando establecimientos secundarios técnicos. El taller tiene una duración de dos horas y media y se toma un diagnóstico y una prueba final para saber si los contenidos fueron comprendidos.

En el taller, comentó la profesora Mennickent, se han encontrado con la sorpresa de que los estudiantes, además de no conocer los detalles de la enfermedad celíaca, tienen muy poco conocimiento de temas como la contaminación cruzada entre alimentos.

La enfermedad celíaca es una condición autoinmune, que consiste en una intolerancia permanente al gluten (presente en el trigo, cebada y centeno). Esto produce lesiones intestinales que impiden la absorción de los nutrientes, lo que genera trastornos graves si no es detectada a tiempo.

Por esta razón este grupo de académicas, a través de la Corporación Pro Paciente Celíaco, realizan capacitaciones permanentes y constituyen un grupo de apoyo para quienes tienen la enfermedad, con apoyo a la hora de hacer el cambio de dieta, así como ayuda psicológica para enfrentar los cambios. Entre las actividades que vienen, está la Feria Libre de Gluten, que se realizará el próximo 19 de junio en el hall de la Facultad de Farmacia, a las 17 horas.

La profesora Mennickent indicó que todas estas actividades, además de la existencia de una “moda” de evitar el gluten aun sin padecer la enfermedad, han logrado que se genere mayor conciencia y que la cantidad de productos disponibles aumente en el mercado.

Sin embargo, sostuvo, todavía queda mucho por avanzar, sobre todo en el rubro de los restaurantes. “Antes salía a un restaurante y no comía nada, no me gustaba comentar mi enfermedad. Ahora busco instancias para explicar de qué se trata. De esta manera difundimos, especialmente en este rubro porque la mayoría no conoce los detalles de esta enfermedad”. Tanto así, que a pesar de las buenas intenciones que puedan existir a la hora de preparar un plato sin gluten, una miga de masa de trigo que caiga al plato lo contamina y ya no puede ser consumido por la persona celíaca.

Como parte de su estrategia de difusión del tema, las académicas a cargo del proyecto señalaron que esperan continuar las charlas, así como publicar los resultados obtenidos de esta primera experiencia en revistas especializadas.

Más información acerca de la enfermedad celíaca y su tratamiento se encuentra en la web de Fundación Convivir